La noche del 22 de enero de 1932 miles de campesinos indígenas en la miseria formaron parte de un levantamiento indígena dirigida por Agustín Martí y apoyada por el partido comunista de El Salvador. La escala de la represión del gobierno al fallar la rebelión no tenía precedente alguno en la historia del país; el ejército, la policía, la guardia nacional y las fuerzas privadas de los propietarios de hacienda emprendieron una masacre durante una semana entera, los líderes de la insurrección fueron capturados y ejecutados por la escuadrilla. Durante la matanza cualquier persona vestida con ropas indígenas o cualquier sospechoso de estar asociado a la rebelión eran fusilados, en algunos casos, aldeas enteras desaparecieron, aunque la cifras de muertos no son exactas se estiman que fueron entre 10,000 y 30,000 personas asesinadas, aunque la dictadura insistió que solamente fueron 2,000 los asesinados. Este acontecimiento fue motivo para que los diferentes escritores tomaran conciencia so